Por: Ángel Mora
En el partido disputado ayer a las ocho y media pudimos ver un encuentro que tubo dos partidos en uno.
La primera parte comenzó con Chile apretando mucho y jugando mejor que la Canarinha, pero al rededor de la media hora de juego Juan remató con maestria un corner para poner el 1-0 en el marcador.
A partir de ese momento pudimos ver lo que llamamos el segundo partido, los brasileños desplegaron ese fútbol mágico que sólo ellos son capaces de hacer, lo que provocó que en un contrataque llevado extraordinariamente por parte de Robinho acabó con un pase de Kaka´ a Luis Fabiano que definió tumbando al portero.
En la segunda parte volvímos al partido inicial con el dominio de Chile y una gran segunda parte especiamente de Valdivia.
En otro contrataque Ramires demostró el poderío físico que tiene haciendo una arrancada tremenda y dejando el balón a Robinho para que definiera a placer.
Hay que decir de esta selección brasileña que no es esa selección que cogía el balón y no lo soltaba e incluso era capaz de cruzar el campo sin dar un sólo toque convencional. Era capaz de hacer esos regates inesperados y definir desde cueluier posición.
Ya no es así, ahora su orden defensivo es su primera baza y luego una vez cruzado el medio campo Brasil pone una velocidad más y define casi siempre que llega. Es decir que no es la que era pero es una de estas selecciones que siempre tiene mucho peligro.
