Por: Daniel Durán
Volvió la champions para el Real Madrid, volvió la ilusión previa al partido, y con ella, como en los últimos años, volvió el sabor agridulce tras el partido. Cierto es que este es el resultado más positivo que ha obtenido el Real Madrid en los últimos 6 años en el partido de ida. Pero como suele pasar para el equipo que iba ganando, el empate sabe peor que para el adversario. El Lyon está herido, pero no muerto.
Mourinho dijo antes del partido que la alineación no la sabía nadie, ni jugadores, ni directivos, etc... No quería desvelar su once inicial como hace de costumbre, para no dar pistas a un buen técnico como Puel. Un entrenador que sabe plantear buenos partidos, supliendo el déficit y la diferencia de calidad, por la táctica y los movimientos estratégicos. Ya le pasó al Real Madrid la temporada pasada, y Mourinho no quería que le sucediese lo mismo.
Por eso pese a que muchos medios, periodistas avanzaban un hipotético 4-3-3 en la alineación de Mourinho, el entrenador luso salió con su esquema y once de gala el tan preciado 4-2-3-1. Esquema que le permite tener cierta solidez defensiva en el centro del campo, con un enganche entre mediocentro y delantera y dos bandas afiladas e incisivas.
Pese a las ventajas de este sistema, el Real Madrid no apareció en toda la primera parte, ni estaba ni se le esperaba, un equipo superado en todas las facetas por los franceses, tanto en defensa (inconmensurable el trabajo de Cris y Reveillère) como en ataque y centro del campo. El Real Madrid sufría ante la inmensa soledad de Mesut Özil en el centro del campo, mucho espacio para un solo jugador, el alemán no puede multiplicarse por cuatro y además ofrecer y generar fútbol para los delanteros. Teniendo en cuenta que Khedira cumplía su aspecto más defensivo, pero incomprensiblemente está dejando de aportar en ataque lo que ofrecía al principio de temporada, o sencillamente lo que ofrecía en el Stuttgart o en la selección alemana. Es un jugador sobradamente preparado como para aportar en el juego defensivo, os invito a la paciencia, es su primer año, no lo olvidemos.
Como motivo de la falta de lucidez de los centrocampistas, los tres hombres de arriba sufrían, agonizaban sin balones, tenían que correr mucho para conseguir balones en zonas muy atrasadas, zonas donde ellos no son peligrosos con la pelota. De ahí que se vieran demasiadas permutas en la posición entre di María, Adebayor y Ronaldo.
Ante la imposibilidad de que el Real Madrid creara fútbol, peligro, ocasiones. El Lyon se envalentonó y adelantó líneas. Lo que produjo más si cabe el embotellamiento del Real Madrid en el centro del campo. El equipo sufría, y lo peor de todo, no era capaz de encontrar la solución, mientras tanto Mourinho esperaba al pitido del árbitro que indicara el descanso, para solucionar errores con sus jugadores.
Incomprensiblemente pudimos observar a un Real Madrid precipitado en ataque en la primera parte, ansiaba marcar un gol, de ahí que llevara a laterales y centrales a lanzar centros frontales en demasía a Adebayor. El equipo volvió a optar por balones en largo, en lugar de juego interior, pases cortos pero con riesgo 0 de pérdida. Lo que conllevó a las innumerables pérdidas de balones del conjunto blanco. Mientras tanto el Lyon se frotaba las manos ante la facilidad para la recuperación de la pelota que le daba el Real Madrid.
He querido especificar con lo de centros frontales, para diferenciarlos de los centros laterales. Dos tipos de centros, pases en largo diferentes. El primero crea riesgo mínimo para la defensa rival, son centros fáciles para los centrales, laterales rivales, ven venir el balón de cara, de frente y tienen todo el tiempo para colocarse y anticiparse al delantero para sacar ese centro de su zona defensiva. Muy diferente son los centros laterales, los centros de los extremos, que recorren en horizontal la portería, centros en los que el menor toque, puede introducirlos dentro de la portería, centros donde el portero y el central dudan entre quien debe despejarlo, centros muchísimos más complejos de defender, que los anteriormente mencionados.
Con esto se llegó al descanso, 0-0 buen resultado para el Real Madrid visto lo visto en la primera parte, quedaban 45 minutos para despejar fantasmas y quitarse complejos que retroceden 6 años atrás.
La segunda parte fue muy diferente, dudo si por mérito del Real Madrid (ningún cambio ni de jugadores ni táctico, con respecto a la primera parte), o por bajón físico, mental del Olympique de Lyon. Mi opinión es más cercana a la segunda opción. El equipo de Puel ya no presionada ni corría con la misma intensidad de la primera parte, no se si por premisa de su entrenador, o por falta de frescura en sus piernas.
El Real Madrid ante dicho bajón, se animo en ataque, las transiciones entre defensa y delanteros eran más rápidas y precisas gracias a la mejoría del centro del campo. Donde Khedira y Xabi surtían más balones a un Özil que estaba más arropado y acompañado por los tres de arriba que en la primera parte.
Según el equipo blanco atacaba, el Lyon retrocedía sus líneas, esas que en la primera parte adelantó sin miedo alguno.
Entre ataque y ataque, el Real Madrid se estrelló con el palo dos veces, la primera de Ronaldo, tras una falta perfectamente lanzada y la segunda de Ramos tras cabecear un corner sacado por Özil.
Minutos después de estas dos ocasiones fallidas, se produjo otra falta muy similar a la del palo de Ronaldo, solo que en esta el balón no puedo llegar a portería debido a que golpeó en el brazo de Gourcuff, que estaba situado en la barrera, el árbitro y el juez de área, se miraron y pensaron ¿pitar un penalti al Real Madrid? NO. Con lo que decidieron continuar con la jugada, ante la protesta de todo el Real Madrid y un Mourinho que correteaba por la banda, para expulsar su impotencia, ante tan clamoroso error.
En el minuto 61' entró Karim Benzema sustituyendo a un Adebayor al que se le vio poco, para lo que corrió. Entre ovación y aplausos de la grada, y cuando a los aficionados se les iba cerrando el ángulo de la sonrisa tras ver salir a uno de sus niños mimados. Presenciaron como éste, marcó un gol algo trastabillado pero importantísimo para el equipo blanco. Un gol que provocó algo raro de ver, a Don Florentino Pérez levantandose de su butaca privilegiada, con los brazos en alto y cantando gol ¡Qué pena que no lo haga más a menudo!.
Cuando ya todo pintaba de color de rosa para el Real Madrid, en el minuto 83, ante una jugada rocambolesca y desafortunada, el Lyon empató por medio de Gomis, el cual solo tuvo que poner la pierna para rematar un balón que caía de los cielos.
Con esto acabó el partido, con tablas en el marcador. Un resultado justo si analizamos globalmente el partido, la primera parte fue para el Lyon y la segunda para el Real Madrid. Un empate que deja sabor agridulce porque se iba ganando, no porque sea un mal resultado en un partido de ida en la liga de campeones. Es el mejor resultado que ha obtenido el equipo de la capital de España en los últimos 6 años en el partido de ida de octavos de final. Si a esto el sumamos la cifra de 9 años sin perder de Mourinho como entrenador local, se esfuman los pensamientos y augurios negativos.
´
Árbitro: El colegiado estuvo desafortunado, no solamente en las tarjetas, que las sacaba con gran facilidad para los jugadores del Real Madrid, sin ir más lejso Sergio Ramos vio tarjeta a la primera falta que hacía, mientras que jugadores como Cris, Kallstrom, Reveillère, etc... pudieron hacer cuantas faltas vieron oportunas, que al colegiado le costaba mostrarles la cartulina.
Como desafortunado estuvo al no querer pitar penalti por la mano de Gourcuff dentro del área, y digo no querer pitar, porque la mano la tuvo que ver, si no fue el fue su asistente, pero esa jugada la tuvo que observar como lo hicieron el resto de aficionados, jugadores, etc...
Volvió la champions para el Real Madrid, volvió la ilusión previa al partido, y con ella, como en los últimos años, volvió el sabor agridulce tras el partido. Cierto es que este es el resultado más positivo que ha obtenido el Real Madrid en los últimos 6 años en el partido de ida. Pero como suele pasar para el equipo que iba ganando, el empate sabe peor que para el adversario. El Lyon está herido, pero no muerto.
Mourinho dijo antes del partido que la alineación no la sabía nadie, ni jugadores, ni directivos, etc... No quería desvelar su once inicial como hace de costumbre, para no dar pistas a un buen técnico como Puel. Un entrenador que sabe plantear buenos partidos, supliendo el déficit y la diferencia de calidad, por la táctica y los movimientos estratégicos. Ya le pasó al Real Madrid la temporada pasada, y Mourinho no quería que le sucediese lo mismo.
Por eso pese a que muchos medios, periodistas avanzaban un hipotético 4-3-3 en la alineación de Mourinho, el entrenador luso salió con su esquema y once de gala el tan preciado 4-2-3-1. Esquema que le permite tener cierta solidez defensiva en el centro del campo, con un enganche entre mediocentro y delantera y dos bandas afiladas e incisivas.
Pese a las ventajas de este sistema, el Real Madrid no apareció en toda la primera parte, ni estaba ni se le esperaba, un equipo superado en todas las facetas por los franceses, tanto en defensa (inconmensurable el trabajo de Cris y Reveillère) como en ataque y centro del campo. El Real Madrid sufría ante la inmensa soledad de Mesut Özil en el centro del campo, mucho espacio para un solo jugador, el alemán no puede multiplicarse por cuatro y además ofrecer y generar fútbol para los delanteros. Teniendo en cuenta que Khedira cumplía su aspecto más defensivo, pero incomprensiblemente está dejando de aportar en ataque lo que ofrecía al principio de temporada, o sencillamente lo que ofrecía en el Stuttgart o en la selección alemana. Es un jugador sobradamente preparado como para aportar en el juego defensivo, os invito a la paciencia, es su primer año, no lo olvidemos.
Como motivo de la falta de lucidez de los centrocampistas, los tres hombres de arriba sufrían, agonizaban sin balones, tenían que correr mucho para conseguir balones en zonas muy atrasadas, zonas donde ellos no son peligrosos con la pelota. De ahí que se vieran demasiadas permutas en la posición entre di María, Adebayor y Ronaldo.
Ante la imposibilidad de que el Real Madrid creara fútbol, peligro, ocasiones. El Lyon se envalentonó y adelantó líneas. Lo que produjo más si cabe el embotellamiento del Real Madrid en el centro del campo. El equipo sufría, y lo peor de todo, no era capaz de encontrar la solución, mientras tanto Mourinho esperaba al pitido del árbitro que indicara el descanso, para solucionar errores con sus jugadores.
Incomprensiblemente pudimos observar a un Real Madrid precipitado en ataque en la primera parte, ansiaba marcar un gol, de ahí que llevara a laterales y centrales a lanzar centros frontales en demasía a Adebayor. El equipo volvió a optar por balones en largo, en lugar de juego interior, pases cortos pero con riesgo 0 de pérdida. Lo que conllevó a las innumerables pérdidas de balones del conjunto blanco. Mientras tanto el Lyon se frotaba las manos ante la facilidad para la recuperación de la pelota que le daba el Real Madrid.
He querido especificar con lo de centros frontales, para diferenciarlos de los centros laterales. Dos tipos de centros, pases en largo diferentes. El primero crea riesgo mínimo para la defensa rival, son centros fáciles para los centrales, laterales rivales, ven venir el balón de cara, de frente y tienen todo el tiempo para colocarse y anticiparse al delantero para sacar ese centro de su zona defensiva. Muy diferente son los centros laterales, los centros de los extremos, que recorren en horizontal la portería, centros en los que el menor toque, puede introducirlos dentro de la portería, centros donde el portero y el central dudan entre quien debe despejarlo, centros muchísimos más complejos de defender, que los anteriormente mencionados.
Con esto se llegó al descanso, 0-0 buen resultado para el Real Madrid visto lo visto en la primera parte, quedaban 45 minutos para despejar fantasmas y quitarse complejos que retroceden 6 años atrás.
La segunda parte fue muy diferente, dudo si por mérito del Real Madrid (ningún cambio ni de jugadores ni táctico, con respecto a la primera parte), o por bajón físico, mental del Olympique de Lyon. Mi opinión es más cercana a la segunda opción. El equipo de Puel ya no presionada ni corría con la misma intensidad de la primera parte, no se si por premisa de su entrenador, o por falta de frescura en sus piernas.
El Real Madrid ante dicho bajón, se animo en ataque, las transiciones entre defensa y delanteros eran más rápidas y precisas gracias a la mejoría del centro del campo. Donde Khedira y Xabi surtían más balones a un Özil que estaba más arropado y acompañado por los tres de arriba que en la primera parte.
Según el equipo blanco atacaba, el Lyon retrocedía sus líneas, esas que en la primera parte adelantó sin miedo alguno.
Entre ataque y ataque, el Real Madrid se estrelló con el palo dos veces, la primera de Ronaldo, tras una falta perfectamente lanzada y la segunda de Ramos tras cabecear un corner sacado por Özil.
Minutos después de estas dos ocasiones fallidas, se produjo otra falta muy similar a la del palo de Ronaldo, solo que en esta el balón no puedo llegar a portería debido a que golpeó en el brazo de Gourcuff, que estaba situado en la barrera, el árbitro y el juez de área, se miraron y pensaron ¿pitar un penalti al Real Madrid? NO. Con lo que decidieron continuar con la jugada, ante la protesta de todo el Real Madrid y un Mourinho que correteaba por la banda, para expulsar su impotencia, ante tan clamoroso error.
En el minuto 61' entró Karim Benzema sustituyendo a un Adebayor al que se le vio poco, para lo que corrió. Entre ovación y aplausos de la grada, y cuando a los aficionados se les iba cerrando el ángulo de la sonrisa tras ver salir a uno de sus niños mimados. Presenciaron como éste, marcó un gol algo trastabillado pero importantísimo para el equipo blanco. Un gol que provocó algo raro de ver, a Don Florentino Pérez levantandose de su butaca privilegiada, con los brazos en alto y cantando gol ¡Qué pena que no lo haga más a menudo!.
Cuando ya todo pintaba de color de rosa para el Real Madrid, en el minuto 83, ante una jugada rocambolesca y desafortunada, el Lyon empató por medio de Gomis, el cual solo tuvo que poner la pierna para rematar un balón que caía de los cielos.
Con esto acabó el partido, con tablas en el marcador. Un resultado justo si analizamos globalmente el partido, la primera parte fue para el Lyon y la segunda para el Real Madrid. Un empate que deja sabor agridulce porque se iba ganando, no porque sea un mal resultado en un partido de ida en la liga de campeones. Es el mejor resultado que ha obtenido el equipo de la capital de España en los últimos 6 años en el partido de ida de octavos de final. Si a esto el sumamos la cifra de 9 años sin perder de Mourinho como entrenador local, se esfuman los pensamientos y augurios negativos.
´
Árbitro: El colegiado estuvo desafortunado, no solamente en las tarjetas, que las sacaba con gran facilidad para los jugadores del Real Madrid, sin ir más lejso Sergio Ramos vio tarjeta a la primera falta que hacía, mientras que jugadores como Cris, Kallstrom, Reveillère, etc... pudieron hacer cuantas faltas vieron oportunas, que al colegiado le costaba mostrarles la cartulina.
Como desafortunado estuvo al no querer pitar penalti por la mano de Gourcuff dentro del área, y digo no querer pitar, porque la mano la tuvo que ver, si no fue el fue su asistente, pero esa jugada la tuvo que observar como lo hicieron el resto de aficionados, jugadores, etc...